20 septiembre 2009

CADA VEZ QUE ME ENAMORO. DIARIO DE ELOISA.

Hoy es otro día extraño; uno mas. Creo que se me acumulan demasiados. Reconozco este estado desde casi siempre, demasiados años y muchos días en cada uno. La culpa siempre la tuvo el amor, el sentirme  enamorada. No se porque ha de ser así, que me embarguen sensaciones tan fuertes, mucho, que me unan sentimientos que no puedo controlar a los hombres de los que me enamoro. Siempre ha sido de esta manera.
Hubo uno, un hombre, soñador, diferente a los demás hasta el extremo haber tenido  que renunciar a él, cerrarle mi vida sin avisarlo. El era el único que vestía de negro y blanco, con sus zapatos o botas impecablemente limpios, de piel reluciente en cuanquier circunstancia, si llovía, pisaba tierra... Recuerdo un invierno, eran Navidades, el día de Nochevieja, y la ciudad estaba sufriendo la mayor helada que jamás ví. Nadie se atrevía a salir para caminar sobre la capa de hielo que cubría las calles. Recuerdo de ese mismo día, que al cruzar el puente sobre el rio Pisuerga,  todos cuantos lo intentábamos, nos vimos obligados a formar una cadena humana, mano con mano de vecinos y desconocidos, para vencer la heladora ráfaga de aire y el inseguro adoquín congelado. Y todo, para conseguir unas uvas con que celebrar la entrada del nuevo año cuando sonaran las doce campanadas. Nosotros, él y yo, habíamos quedado de madrugada para respirar esa primera helada del nuevo año.
Sus botas camperas negras relucían sobre el hielo, y su capa castellana de paño negro con cierre plateado,  se convertía en mi abrigo esa noche, como muchas otras. El usaba sombrero negro y yo ese día, gorro de lana. Le gustaba verme con mi falda negra larga y mis botas camperas tan limpias como las suyas. Los dos nos vestimos con camisas blancas de anchos puños, que recordaban las que usan los bailarines rusos.
Era el hombre alto, delgado, con ondas en el pelo y una barba perilla que hacía recordar a Gustabo Adolfo Becquer; con el que desayunaba en la cafetería dos tes y bizcochos que compartía conmigo sabiendo ambos que a nuestro alrededor muchas miradas nos observaban. Eramos casi los únicos que no precisábamos llamar al camarero porque apenas tomabamos asiento, nuestro te con bizcochos estaba servido.
Esa noche de Navidades fue especial. Tres días antes, tambien por el frío, estuvimos hablando en su habitación, decorada en dos colores, la mitad era blanca, con una cortina negra que separaba la otra parte, toda tambien negra, incluso el techo, tras pasar permanecer ocultos bajo su negra capa apoyados en un baco de piedra junto a la orilla del rio que nos debaja atérido el aliento.  En esa habitación hablábamos de sueños, de ilusiones, de nosotros, allí ......, me sentí alguna vez especial. En unas pequeñas estanterías había cálices y candelabros diversos, plateados, y algunas cajitas raras que solía regalarle. Tambien había cuadros pintados por él colgados en la pared blanca, y pequeñas estatuillas de arcilla hechas por mi. Le gustaba pintar murales que decoraban las paredes de algunos bares y otros locales, como hizo mucho atrás mi  tio abuelo y mi bisabuelo. Recuerdo un mural grande que hasta hace pocos años adornaba la barra de una cafetería en la Plaza Mayor de mi ciudad, que según mi tio, se encontraba pintando justo cuando por la radio le sorprendió la noticia que anunciaba la muerte del torero Manolete. En esa misma cafetería lo conocí a él, y en esa misma, desayunábamos y jugábamos al parchis algunas tardes.
Ese hombre se fijó en mí. Siempre estábamos juntos, aunque mucha gente estuviera con nosotros. Siempre, no se porqué, aunque no planeáramos vernos ese día,  acabábamos juntos. A final siempre éramos nosotros; siempre juntos y miles de horas hablando o sin hablar, sin necesitar escucharnos ni que nos oyeran.
Es dificil enamorarse de alguien que en los años ochenta usa capa castellana y al tiempo creer que ese amor duraría mucho tiempo.
Por eso nunca se hacen  planes; lo entiendes, lo quieres, sin mas. Y cuando llega el momento, y llegó, hay que retirarse sin dar muchas explicaciones, porque sabes que es tu sueño del presente, pero que nunca ese futuro será como un sueño.
Han pasado muchos años, nos vimos, hablamos, paseamos de la mano de mi hijo..., su hijo. Nos vimos con mas años y otros sueños y de nuevo nos retiramos cada uno del camino del otro, porque sabes que los soñadores, igual que me ocurre a mí, solo somos resultado de unas cuantas casualidades. 
Hoy, mientras hablaba con alguien, recordé a esos hombres, y ví que todos eran como yo., y no tuve mas remedio que pensar, ¡ Cúanto me costaron esos amores y cúanto los quise ! Toda una contradición.
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Eloisa

CONSECUENCIAS DE UNA RUPTURA SENTIMENTAL







No existe mejor experto que uno mismo. No hay facultativo, amigo, fórmula, refrán, nada, que que contenga el remedio para superar los trastornos que provoca una ruptura sentimental en la persona que se ve obligada a abandonar la que hasta el momento de la separación era "su vida". Las repercusiones siempre tienen algo en común, una parte inevitable que todos aquellos que hemos sido abandonados, alejados forzosamente de la compañía y relación con alguien a quien queríamos y seguimos amando. Sin embargo, una ruptura sentimental afecta de diferente manera según el grado de afectividad hacia la persona que pierdes, de la dependencia emocional y física generada hacia ella. durante la relación...
Se lee y escucha toda clase de comentarios sobre las rupturas afectivas, especialmente sobre las rupturas entre parejas y como afrontar esta nueva circunstancia. Y, como pienso, y siento, la experiencia me dió como respuesta, que cuando deja de existir la vida en común con quien amabas, con ese otro que compartió tu intimidad, las horas del día, los secretos de toda una vida, del presente y de un futuro, que compartió ilusiones y proyectos, que te hizo pensar en muchos momentos en la importancia y seguridad que tiene el estar acompañado, protegido y querido, que todo a tu alrededor se rompe haciendo añicos lo mas importante que cada individuo posee: la fe en si mismo, la capacidad de reacción, y la confianza en los individuos. Se experimenta un gran sentido de pérdida, que al compararlo con la pérdida de un ser querido que muere, percibes que el dolor y el sentido de pérdida es igualmente profundo, sin embargo las circunstancias no son comparables. En la pédida de un ser querido causada por una ruptura de la pareja, la vida cambia rotundamente; no es posible como ocurre con una pérdida por muerte, que nadie puede ni reprochar su ausencia al fallecido, ni culparse de ella, ni sobre todo, mantener la esperanza de una recuperación,. La ruptura sentimental, el alejamiento de la persona amada, provoca consecuencias negativas en lo físico y psíquico.
El ser abandonado por la persona que se ama produce un intenso sufrimiento y una gran desesperación. La persona enamorada siente desconcierto, melancólica, pesimismo, falta de autoestima, desilusión; constantemente piensas recuerdas y añoras a la persona amada y te sientes deprimido tenso, derrotado, profundamente triste, con ganas de llorar, con un gran desinterés hacia el resto de personas que te rodean.LLegas ha culparte por la ruptura, pensando continuamente en lo que podía haber hecho para que su pareja no la abandonara y lo hechas de menos. LLegas a creer que jamás encontrarás a nadie que puedas amar y lo que es mas grave, que te amen, porque si fuiste abandonada por quien amabas, piensas en cuantos defectos pesan sobre tí, cuantos inconvenientes ofreces en una relación, y lo poco interesante que debes ser, para que quien te definió como el amor de su vida, el largamente buscado, ya no te quiere a su lado aunque tu desees estar.
Siempre encontrarás cerca quien te aconseje no dejarte llevar por la negatividad que genera una ruptura, y tambien la experiencia me ha enseñado que esa negatividad, la negación de lo que realmente somos, de nuestras capacidades, de nuestro propio valor, puede degenerar trágicamente cuando no nos permite ser libres y nos cierra la posibilidad de mantener unas realciones tanto afectivas como sociales favorables, anulando nuestra autoestima y dignidad. Esto puede alterar seriamente nuestra conducta y comportamiento, llegando obsesivamente a confundir la realidad por la esperanza e ilusión de reanudar la relación, circunstancia que afectará gravemente a nuestra vida, sobre todo cuando la ruptura de la pareja ha sido definitiva y la relación con ella te ha sido negada.
Es muy facil obsesionarse, entristecerse, pensando en quien amabas o amas, manteniendo otra relación idéntica a la mantenida contigo con otra persona, compartirndo esos momento íntimos y personales, entregando su compañía, realizando las mismas actividades, visitando los lugares y relacionándose con las personas que hasta ese momento habían formado parte de tu vida. Desaparecen de ella al mismo tiempo los que apreciaste y te apreciaron: los amigos comunes, su familia, tus vecinos; los lugares: calles, bares, casas, el cine, el supermercado...todo desaparece para ti, creando un vacio y soledad muy difíciles de superar.
En la vida de una pareja se va aportando mucho esfuerzo y sentimientos con el fin de mantener viva aquella relación que elegiste y en la que tantas esperanzas depositaste antes de imaginar que todo lo que con amor y cariño entregaste cada día se pueda terminar como si nada hubiera sido suficientemente importante para nadie, excepto para uno mismo, y cuando se produce la ruptura sobre todo cuando no ha sido elegida y acordada por ambas partes, el fracaso que no puedes comprender se adueña de quien sigue amando, provocando un gran vacio y una profunda caida emocional.
Quien se vió obligado a abandonar el amor, la compañía, la que fue su casa, y sufre el sentimiento de haber sido despojado de lo propio, viendo su nueva residencia, su casa ahora, como algo que no le pertenece, se ve en la necesidad de refugiarse en un nuevo lugar que tiene la necesidad de hacerlo cómodo porque es fundamental para sentirse bien en este nuevo lugar y sentirlo como algo suyo, algo propio que nadie le puede arrebatar.

¿COMO AFRONTAR ESTA SITUACIÓN DE RUPTURA?



No hay fórmulas mágicas ni consejos suficientes ni tan sabios como se cuenta.
No encontrarás profesionales suficientemente cualificados que sean capaces de penetrar en el alma de un abandonado para ayudarlo a superar esta trágica situación.
No será fácil adaptarse a dejar de ser quien eras y comenzar de nuevo una nueva aventura en solitario con todo el lastre que pesa sobre ti.
Pero eso si, cuando comiences a comprenderte y valorarte de nuevo, sabrás que ahora dispones de una independencia que uno mismo decide como utilizar.