01 noviembre 2011

SUEÑO DEL PAJARO AMARILLO EL DIA DE LOS SANTOS


Es 1 de Noviembre de 2011. Todo cuanto planeé realizar se va al carajo. Es día festivo  y aquí, en el pueblo donde habito, no oigo ruidos, como si la población hubiera desaparecido y me encontrara en medio de un mundo deshabitado. Es el día de Todos los Santos, el día de los muertos, el de las tumbas y las flores, las papeleras de los cementerios repletas de ramas secas, tierra y polvo.
Quien sabe si algún escritor romántico, algún Alan Poe, vagará por aquellos sagrados lugares en busca de inspiración para su nuevo relato.
Me siento rara. Una gran calma ronda a mi alrededor y al mismo tiempo siento que debería estar en otro lugar y no donde estoy, como si una deuda pendiente no me dejara olvidar ni tampoco avanzar, dejándome aquí envuelta en algo sin nombre, un destino transparente que me deja ver cuanto ocurrirá hasta mi último día, que a veces dejo que se convierta en un presente de espejos que me devuelven una y otra y otra vez mis propios pensamientos.
Hace días que planeé comprar flores muy blancas, cojer un autobús que me acerque al cementerio y permanecer allí por un tiempo no decidido, despertar pronto para pasear a mi perrita y así  tener el día libre y abierto a cúanto quisiera surgir, subir a un tren que me llevara a mi ciudad, a mi cementerio, que me acercara a saludar a quienes ya se marcharon y me dejaron la obligación de hacer un huequecito mas en mi memoria donde se pudiera albergar la suya. Planeé tambien no planear nada y dejar que mi destino me llevara a la situación que hoy, el día de los muertos, eligiera para mi. Y aquí estoy. En un lugar que no es mi lugar, una casa que no es mi casa, un silencio que no siento que es mi silencio.
Sólo lo que dicen estas palabras es mío.
En un rato comenzaré a escuchar los sonitos del pueblo, porque aquellos que lo silenciaron esta mañana, regresaran de donde fueron, abandonaran la compañía que aparentemente hacían a sus muertos, para ocuparse de llenar sus estómagos y con su regreso traerán los ruidos.
Que raro. Cuando no hay ruido me doy cuenta de lo silenciosa que soy. Siempre lo he sido y creo que tambien seré tan silenciosa cuando me vaya. Y en silencio he vivido las muertes que me hicieron creer morir, y mís muertes.
Hoy es el día elegido para ocuparnos de los muertos, y me entra un no se que que me hace estar inquieta al recordar que nunca he llorado cuando murieron los míos. No se porqué.
Recuerdo el día que murió mi hermano Carlos. Era Sábado, un 14 de Marzo;  tenía veintiocho años y se fue. Salí de allí y caminé mucho, y despues de su entierro al día siguiente, sólo se me ocurrió salir a pasear por el parque y las calles que rodean la Plaza Mayor de mi ciudad con mi hijo y unas vecinitas que no paraban de reir y correr inocentemente. Recuerdo que lloré por él unos cuantos años despues durante una conversación con una amiga que me recordó en tono paternalista mi silencio.
Recuerdo  el día que murió mi madre, un ocho de Octubre. La toqué tímidamente la mano para despedirme de ella y salí de allí. En esta ocasión creí encontrar consuelo en alguien, pero curiosamente ahora soy incapaz de traer a mi memoria ese consuelo porque  tal vez no llegué a tenerlo.
Recuerdo el día que murió mi hermana Amparo una madrugada de finales de Agosto. No pude llorar ni ponerme nerviosa.  La ofrecí agua y acariciaba su rostro mientras la contaba que no estaba sola. Un mal día que agotó la poca energía que me quedaba. Me sentí sola, culpable por estar viva mientras ella se iba, y pensé que nunca había mentido tanto como lo hice en aquellos últimos meses. Ella me lo ha recordado en muchas ocasiones.
Y no se porqué no puedo llorar cuando mueren. No se porqué soy silenciosa en sus muertes y en mís muertes. No se porqué no grito cuando algo muere en mí, porqué no me revelo, porqué no arremeto contra alguien o contra algo cuando me arrebatan lo que es mío, porque no salgo corriendo de aquello que me atrapa. No se porqué sólamente en sueños alguien me dice lo que ocurre. Pero los sueños no tienen la posibilidad de cojerme de la mano y obligarme a saltar, o, a correr, a gritar, al menos, a llorar.
Esta noche he soñado de nuevo que se posaba en la tapia del patio un pájaro amarillo, de un amarillo tan, tan brillante, que creía encontrarme dentro del mismo Sol,  y cantaba con un trino tan fino y elegante que deseé escucharlo durante toda la vida. Sólo existía ante mi aquel pájaro amarillo que ya he visto otras veces, tan majestuoso, tan amarillo, asombrosamente brillante, de una belleza casi mágica, un cuerpo delicada, ojos maravillosos y una mirada tierna y amistosa, allí posado sobre la tapia de mi patio, junto a la puerta, cantándome. Nunca lo olvidaré. Incluso he pensado si no serán ellos, los míos, que me recuerdan que aun tengo vista para mirar la belleza, que aun conservo los oídos para escuchar las palabras bonitas y los bellos pensamientos, que aun tengo capacidad para sorprenderme  y admirar. Quién sabe. 

Maite 

06 octubre 2011

SUEÑO DEL TREN DE LA INDECISION



Dicen que cuando un indeciso toma una decisión es para toda la vida. Que cuando toma una decisión y rompe con todo por correr tras una ilusión, rompe a correr tras ella dejando la vida por el camino, en el único camino que piensa recorrer. Y ya no ve ningún otro, o todos los demás son demasiado estrechos, angostos, o quizás, sólo ve uno que le parece hermoso, grande, muy grande, tan amplio y tan lleno de posibilidades que no se permite otra cosa que seguirlo. Y es que debe ser eso, que un indeciso sólo toma grandes e importantes decisiones. Tal ese sea el motivo de su habitual caminar a solas.
Sólo los que en tiempos  atrás nos han conocido o han tenido la ocasión de poder hacerlo, sabrán del límite de un indeciso, sabrán que llega un momento en que ya nadie mas podrá albergarse en su vida, que el cupo está cerrado y cubierto tras su última decisión; que ya aparecieron quienes tuvieron el honor y la oportunidad de comprometerse con ellos. Pero como ocurre a toda persona indecisa, nadie entiende nada, y siguen descolgando las mochilas de sus estrechos hombros y lanzándolas lo mas lejos posible de nuestro camino como si para ellos fuera el mas agrestre y dificultoso de cuantos caminos hayan recorrido. Y rompen nuestras decisiones sin mas, sin apenas haber caminado.
Dicen que cuando un indeciso toma una decisión, deja de ser un indeciso y se convierte en una persona con gran seguridad, porque al parecer ha empleado tanto esfuerzo meditando los pros y los contras, que asume por completo toda advesidad, complicación, desaveniencia, traspiés o frustración, como una simple pincelada que forma parte de su elección, porque su mundo  alcanza desde entonces tan gran amplitud, que se siente un poco rey o reina de su propia vida y cuanto la rodea, y aunque al caminar vean allá, a lo lejos, multitud de socavones, están convencidos de poder superarlos en favor del logro de su elección. Y todo porque si fueron capaces de tomar una gran decisión, siempre intentarán que nada ni nadie pueda arruinársela.
Y, ¿Qué pasa cuando esto ocurre?
Por ejemplo...
Creo que lo mejor es que cuente lo que soñe esta noche, que por cierto no me atrevo a calificarlo de extraño, además, quienes han tenido ocasión de dormir cerca de mi sabrán que estos son como una bola de cristal donde aparecen imágenes y símbolos que cuentan el mas profundo  sentido de mi vida, que me desriben y en ellos se percibe mi relación con el mundo.
Pues esta noche soñe que viajaba en un tren, como tantas veces hice, nada era anormal en ese viaje ni en los otros pasajeros. Cuando acaba el trayecto y me encuentro en la estación dispuesta a hacer trasbordo para llegar a mi destino, comienzan las situaciones, llamemoslas extravagantes como que  el andén está oscuro cuando debía lucir la luz del día, pienso que allí sobra gente porque no me permiten andar cómoda con mis maletas, para entrar en el recinto de la estación debía atravesar un pasillo muy estrecho y abarrotado de trastos con los que tropiezo y me golpeo, y de gente que no se aparta para dejarme pasar, hasta que llego a una cafetería donde debo sortear esquinas de donde sobresalen cosas de mal gusto que están colgando de las paredes,  máquinas tragaperras con las que tropiezo, multitud de mesas y sillas que lo invaden todo, y mucha, mucha gente que no para de hablar en voz alta y con tono exagerado que me provocan  la impresión de estar metida en una caseta de feria donde todos beben y ríen sin mas. Intento salir de allí para llegar a la taquilla donde comprar un nuevo billete, cuando una camarera morena de mediana edad que viste una falta negra corta y una camiseta justada que deja a la vista sus exageradas formas, sonriéndome,  pasa por encima de mi cabeza una bandeja llena de vasos. Intento encontrar un lugar por donde pasar para escapar de aquel agobiente lugar de aspecto empobrecido y sucio.  Cuando llego a la taquilla y miro hacia el andén ya es de noche. Pido un billete a un vendedor que me parece uno mas de los hombres que reían  en la cafetería, y me entrega fuera de la ventanilla un papelito donde leo varios horario pero no aparecen los destinos,  le entrego unas monedas sin saber si el pago es correcto, se ríe indicándome que quiere mas y le entrego otras monedas. Después salgo al andén esperando que en las próximas horas algún tren sea el que yo espero. Está muy  oscuro y hay una mujer de mi edad, sola, y varios niños esperando también. Veo acercarse un tren creyendo que es el mio, pero al llegar donde estoy se gira y se mete en otra vía de vuelta. Lo raro es que al llegar el tren, aparece justo a mi lado un ser mezcla de hombre, maquina y animal, que va cubierto con un traje metálico articulado que le permite correr a cuatro patas. El hombre era realmente extraño para mi, como una de esas máquinas fantásticas de las películas de ciencia ficción, como un perro grande con armadura. El ser extraño cruza corriendo la vía hasta el tren que ha parado y lo revisa por fuera. Enseguida observo que se acerca otro tren,  y la otra mujer, los niños y yo nos dirigimos a el. Es un tren muy corto, de tres vagones muy pequeños, muy blanco y no produce ningún sonido. Los dos niños suben corriendo al vagón del medio y decido subir también, pero una vez dentro me parece un raro lugar con cuatro asientos blancos junto a la puerta y algunos mas adelante que parecen camillas de metal. Sube un operario que nos informa de los peligros de viajar en ese tren y nos señala un panel con distintos símbolos que hay sobre una puerta en el andén. Nos bajamos para leerlo y nos indica la necesidad de usar mascarilla porque en el tren no hay oxígeno, que es un tren radiactivo, que está contraindicado en personas que padezcan enfermedades, y una serie de advertencias a seguir si queremos viajar. Dudo y decido no viajar en el. Lo veo como un tren exterminador que llega del futuro, exclusivo para muy pocas personas. Por eso era tan pequeño. Hablo con la otra mujer que estaba en el andén, como queriendo comprobar si todo es real. Es seria y parece poco habladora. Le comento que había viajado desde un lugar donde vivía rodeada de sol y paseaba cada día acompañada de mis perros por la orilla del mar. Le digo que sólo quería tomar un tren para viajar a algún lugar donde me esperaban.
Aquí acaba el sueño, cuando mi perrita me despierta para pedirme que le abra la ventana porque ha escuchado el ruido que hizo la puerta del vecino que saca su coche para comenza a repartir el pan por el pueblo. No se si de haber continuado el sueño hubiera subido a ese o algún otro tren.
Estoy escribiendo esto como en un intento de encontrar a alguien que responda y me explique lo que he soñado, pero en realidad este sueño es como todos mis sueños a los que estoy acostumbrada. La verdad es que no necesito respuesta alguna. Y es que, soy una indecisa.


Eloisa.

11 septiembre 2011

SILENCIO


Al pasar la calle el viento me dijo:

- " La casualidad te ha puesto cerca al enemigo; sin un cruce de miradas, déjalo que  con calma te siga  al amparo de la ceguera improvisada; entonces, te habrás vencido. Habrás vencido" -

(Eloisa)

LA DUDA

Paulo Coelho decía en un párrafo de su libro: "La Quinta Montaña"

"Todo hombre tiene derecho a dudar de su tarea y a abandonarla de vez en cuando;
lo único que no puede hacer es olvidarla.
Quien no duda de sí mismo es indigno,
porque confía ciegamente en su capacidad y peca por orgullo.
Bendito sea aquel que pasa por momentos de indecisión".

... Toda la verdad está escrita en el mundo que a cada momento nos rodea; sólo basta prestar atención a  lo que  sucede en nuestras vidas para  descubrirla.


12 junio 2011

UNA IMAGEN EN MIS OJOS


"UNA IMAGEN EN MIS OJOS"

Te estoy mirando.
¡Que bonita imagen contemplan mis ojos!.  La miro, y no cejo de creer que es toda mía; y me provoca una tonta risa algo húmeda, pero una gran risa.
¿Qué me dices?. ¿Dices que no sólo te mire?.

Ya lo hago cariño. Si todo lo que veo es mio. Ese jersey de lana color azul cielo que iluminaba tu cara, con la camisa a juego de rayas. ¡La visera de paño negro que engrandece tu mirada, magnífica sobre esa cabeza alocada resguardando un rostro despistado!. No se han borrado los surcos que perfilan tu mandíbula y que tanto me gustaban. Seguro que no sabes cómo seducen esos surcos que tanta veces he contemplado. Si es que a los hombres,  no es necesario mirarles la belleza,  basta leeros el rostro y contemplaros el cuerpo quieto en vuestro inocente sueño, cuando nadie habla para enamorarnos, para amaros sin pensar en nada.
¡Claro que te miro!. ¡Claro que te escucho!. ¡Si no quiero dejar de mirar todo lo que es mío!. Esos ojos menudos que brillaban sólo cuando miraba de frente, como luceros perdidos penetrando en el cielo, de los que surgen pequeñas colas de cometa añejo. Te miro y bailan ante mi esos dos o tres pelitos que rebeldes brotan de tus cejas como nuevos tallos de margaritas en cada primavera; y tus pestañas apenas visibles bajo el párpado descolgado por culpa de la poca risa. Miro en la imagen tu boca y recuerdo tus risas aniñadas y tímidas, tu risa aguda y nerviosa, casi escondida sobre esos dientes que el desgastado esmalte hace parecer un montón de destellos cuando se abren para besarte.
Se ha caído tu rostro un poquito cada mañana. Se ha caído, y a pesar de todo,  lo conservo aun límpio para alojarlo debajo de mi mirada.
No te quites nunca esa visera de paño tan bien ajustada, ni dejes de asirla con tus manos bonitas tan bien cuidadas, que tu linea de la vida está en ellas bien marcada.
¡Como se parecen tus manos y las manos mias cuando se abren para enseñarlas!
Pintaré un día esta imagen para no olvidarla, porque es mi imagen, la imagen que sueño con embeleso sentada junto a los remos de mi estrecha barca; porque es mi fragancia.


Eloisa

31 enero 2011

"ALAS DE FANTASIA"


QUISIERA
TENER DOS ALAS QUE ABIERTAS
HICIERAN  UNA REDONDA SOMBRA
ALREDEDOR DEL PAUSADO PASO DE MIS AÑOS.

TENER DOS ALAS QUE CERRADAS
GUARDARAN BAJO SUS PLUMAS BRILLANTES
EL PODER DE NO QUERER ABRIRSE
AL VUELO DE MALOS AIRES.

QUISIERA
COMO PAJARO  ERRANTE
SURCAR EN VILO CADA INSTANTE
Y NO MIRAR DE FRENTE EL CIELO,
NI SUS NUBES
CON GOTAS DE LLUVIA HELANTES,
CON HUMO DE PIRAS  AXFISIANTES,
CON SUSPIROS HERIDOS POR  MALOS AMORÍOS.

QUISIERA VOLANDO
CONTEMPLAR MIS PIES CORRIENDO POR LA CHOPERA
A LA ORILLA DE UN RÍO SIN GOTAS DE PENAS,
Y SUMERGIDA EN SUS AGUAS, ATRAPAR
LOS VERSOS LANZADOS POR AMANTES DESOLADOS.

QUISIERA 
POSEER ALAS DE FANTASIA
Y DEPLEGARLAS, SOBRE UN  SORDIDO AYER
ARROLLANDO 
TODO UN  ENCAPRICHADO OLVIDO,
COMO ARROLLAN LOS VIENTOS CARGADOS DE DESTINOS
LAS  MIGAS DEL  MOHOSO PAN ENVEJECIDO.


Eloisa

16 diciembre 2010

Poema "Seguir soñando" y video "Me equivocaría otra vez", de Fito y Fitipaldis.


SEGUIR SOÑANDO

"Que cierto el sueño
que se sueña dormido,
a la intemperie el pensamiento,
deshinibido;
que cierto el  prohibido sueño
 en sueños  soñado".

Eloisa


17 noviembre 2010

POR QUÉ IRRUMPIÓ EN MI SILENCIO.


¿Por qué irrumpes
en mi cuidado silencio
con la voz tortuosa de la necedad,
la frase  idiota de rencor sin amansar?.

¿Por qué no duermes
bajo un lecho de urticante zarza
la lengua larga de tu boca inmunda.

¿Cómo silenciar al despavorido enano 
que en tu enmarañada entraña aloja
 ese corrupto alarde vanidoso
que despierta ante el mas leve silvido
de mí tenue brisa enfrascada
entre honestos callares elegidos?

¿Por qué no duerme
tu agónico grito envejecido,
la oculta saña derramada
que no tiene tiempo,
que no tiene verbo si no lerdo,
que no tiene un verso
entre sus entorpecidos dedos,
un arrepentimiento, 
ni una gota de sangre que no esté vestida
de descarnado rojo teñido de negro?

Irrumpes en mi silencio como un bostezo 
en medio un concierto de violines,
como un graznido que corta
el trino suave que alberga en mis oidos.

 ¿Por qué no duermes
cúal hormiga enterrada en el invierno,
como un abrazo salpicado de desprecio?

¿Por qué irrumpiste en mi silencio
si no eras mas que un frío sueño?.


Eloisa



10 octubre 2010

Poemas ocultos


CUANDO ME HAN PREGUNTADO POR QUÉ INTERRUMPO REPENTINAMENTE LA PUBLICACIÓN DE POEMAS, NO HE CONTESTADO.
HAY DOS RAZONES PARA NO QUERER A VECES EXPONER AL DOMINIO PUBLICO ESE POEMA QUE A DIARIO ESCULPE MI ENTRAÑA A TRAVES DE MI MANO IMBECILMENTE IMPRESIONADA. UNA DE ELLAS ES QUE PODRIA REPORTAR A MI ELUCUBRANTE SENTIDO UN MOTE QUE ANESTESIE MI ORGULLO POR NO ESTAR ESCRITOS CON TINTA AZUL, SI NO CON DULCE ALMIBAR DERROCHADO. LA OTRA RAZON ME LLEVA A CONFESAR QUE MI IRREMEDIABLE SENTIDO MATERNAL HA PROTEGERME DEL MISMO JUICIO QUE MI DESAFORADO POEMA HAYA DESTINADO A UNOS CUANTOS VERSOS VOMITADOS, AUNQUE SEA CON METAFÓRICA BELLEZA RELATADO.

NO DESEO ESTRANGULAR LA INSPIRACIÓN PARIDA DE LOS VIAJES POR LA FINISIMA LINEA ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO  EVITANDOLA EN UN POEMA QUE SURCA MI NADAR ENTRE AGUA DULCE Y SALADA. ME NIEGO A DEJAR DE DERROCHAR HERMOSAS PALABRAS Y FRASES DE SENTIDO GROTESCO CONTRA EL MISMO PAPEL. PERO A VECES, A DIAS, QUIERO ESCONDER, NO QUIERO EXPONER PUBLICAMENTE MIS FLECHAS LANZADAS CONTRA EL AGUA FANGOSA, NI LAS CARACOLAS DE SONIDO ASIRENADO QUE GUARDO EN MI. POR ESO, A VECES, ME PROTEJO DE MIS PROPIOS POEMAS UCULTANDOLOS


Eloisa

27 septiembre 2010

"CANTÁNDOLE A LOS ÁRBOLES"


Se me antoja  hoy imaginarme la vida
junto a un puñado de árboles
que desde arriba me miran.
  
Delgados cipreses
que doblais cansados la fina cabeza
antes de alcanzar el cielo bajo el que os  plantaron,
cómo espadas alertas
que escondeis verguenzas en una verja alineados
y guardais recuerdos en el campo santo.
Frondoso sauces llorón
lagrimeando sobre los terrarios bajo tus caídos brazos
llegados al suelo en días abandonados,
albergue de mirlos, jilgueros, algún ruiseñor y pájaros de la nieve.
Poderoso pino canario
cúpula de sombra que aturde  la vida florida bajo sus ramas
lanceando agujas contra la sirga que intrusa quiere dominaros,
indefenso a la oruga que cada Septiembre.en su copa anida.
Laureles floridos en días sol temprano
dóciles hermanos con ruda hoja de olor a buen guisado
en mediodias almibarados de risas, buen vinos y abrazos.
Castaño incansable que indomable creces
rodeado de setas que adornan tu talle,
siembras de hojas un suelo tunante que se tus raices abre
y alojas urracas que en cada primavera  alargaran tu paisaje.
Verderona morera que a la luna brillas
saqueada amiga en tardes furtivas, no te mueras nunca
sin darme un capullo de tu seda fina.
Almendro florido despues de la helada
amigo del paseo que regalas pétalos a quien se te arrima
 pendiente de la mano arpía que cada temporada te rasga la ropa.
Olivo sabio descolorido
símbolo de fe por los caminos, fuente de vida, capricho
que ofreces quieto tu lustre claro
orlado de botones verdes y morados.

¡Cúanto podría imaginar sentada bajo sus brazos!
¡Cúanto podría escribir si estuvieran a mi lado!
¡Cúantos supiros me han regalado!

Eloisa 

05 septiembre 2010

POEMA "VERSOS DE LA TIERRA AL CIELO"




" VERSOS DE LA TIERRA AL CIELO "

Precisé de la fe para hallarme,
como la oveja precisa la escarda para liberarse,
como el hombre la lana robarle.
Precisé la fe para agradecerle
a los seres bellos del cielo que vivamente me llamaron,
el maná de la nueva gana regalado,
el acerco aquí, a mi vera,
a mi paso, que pasaba lejano,
se me alejaba; alojé la fe
para elejar agasajos y halagos
de quien exijía palabras de mí, no mis palabras.
Precisé de la fe para hallarme
siendo mujer entre agachadas mujeres,mujer de nuevo;
casi hombre entre los rudos, parcos huertanos, casi hombres
cuando alzaba el brazo al árbol de los melocotones;
niña serena entre las zagalas que rien
mirandose las uñas de sus pies pintados,
caminando alegres con vivos calzados, arrebolando;
para ser vecina del vecino,
 del vecino malo, a solas en mi rellano;
para ser aceite suave entre olivas verdes
y palabra, y figurs firme entre las miradas.
Precisé, atea, de mi fe
paseando calle arriba la Virgen de la Salceda
vestida de flores blancas, de luces encandiladas,
lustradas ropas del polvo despojadas y velas ritualizadas,
asordada de cornetas, amenes, cantos y plegarias,
en procesión por Las Torres
enrojecida la mano de las ceras que resbalan,
por regalarles a ellos mis gracias,
-tambien a los hombres las gracias por no precisarlos nada,
nada vuestro, nada ajeno-
agradecer mís propias gracias por no extraviarlas,
por no gastar si nó lo mío, apenas nada,
ni alarmaros mas el alma;
precisé la la fe
para caminar  por la calle arriba hasta la hermita de El Coto.
Precisé, hallarme hallada
al paso de la bonita cantándole un pasodoble,
al paso de la bonita aunque vaya rezagada
sin querer escuchar nada.
Detrás voy,
su favorita, la última rescatada,
colmada de agraciados dones,
bien colmada de perdones.



Eloisa

MI SUEÑO. TU SUEÑO.

01 septiembre 2010

CUENTOS DE AMOR, "EL VIAJERO"


El viajero

Fría, glacial era la noche. El viento silbaba medroso y airado, la lluvia caía tenaz, ya en ráfagas, ya en fuertes chaparrones; y las dos o tres veces que Marta se había atrevido a acercarse a su ventana por ver si aplacaba la tempestad, la deslumbró la cárdena luz de un relámpago y la horrorizó el rimbombar del trueno, tan encima de su cabeza, que parecía echar abajo la casa.


Al punto en que con más furia se desencadenaban los elementos, oyó Marta distintamente que llamaban a su puerta, y percibió un acento plañidero y apremiante que la instaba a abrir. Sin duda que la prudencia aconsejaba a Marta desoírlo, pues en noche tan espantosa, cuando ningún vecino honrado se atreve a echarse a la calle, sólo los malhechores y los perdidos libertinos son capaces de arrostrar viento y lluvia en busca de aventuras y presa. Marta debió de haber reflexionado que el que posee un hogar, fuego en él, y a su lado una madre, una hermana, una esposa que le consuele, no sale en el mes de enero y con una tormenta desatada, ni llama a puertas ajenas, ni turba la tranquilidad de las doncellas honestas y recogidas. Mas la reflexión, persona dignísima y muy señora mía, tiene el maldito vicio de llegar retrasada, por lo cual sólo sirve para amargar gustos y adobar remordimientos. La reflexión de Marta se había quedado zaguera, según costumbre, y el impulso de la piedad, el primero que salta en el corazón de la mujer, hizo que la doncella, al través del postigo, preguntase compadecida:
-¿Quién llama?
Voz de tenor dulce y vibrante respondió en tono persuasivo:
-Un viajero.


Y la bienaventurada de Marta, sin meterse en más averiguaciones, quitó la tranca, descorrió el cerrojo y dio vuelta a la llave, movida por el encanto de aquella voz tan vibrante y tan dulce.
Entró el viajero, saludando cortésmente; y sacudiendo con gentil desembarazo el chambergo, cuyas plumas goteaban, y desembozándose la capa, empapada por la lluvia, agradeció la hospitalidad y tomó asiento cerca de la lumbre, bien encendida por Marta. Esta apenas se atrevía a mirarle, porque en aquel punto la consabida tardía reflexión empezaba a hacer de las suyas, y Marta comprendía que dar asilo al primero que llama es ligereza notoria. Con todo, aun sin decidirse a levantar los ojos, vio de soslayo que su huésped era mozo y de buen talle, descolorido, rubio, cara linda y triste, aire de señor, acostumbrado al mando y a ocupar alto puesto. Sintióse Marta encogida y llena de confusión, aunque el viajero se mostraba reconocido y le decía cosas halagüeñas, que por el hechizo de la voz lo parecían más; y a fin de disimular su turbación, se dio prisa a servir la cena y ofrecer al viajero el mejor cuarto de la casa, donde se recogiese a dormir.
Asustada de su propia indiscreta conducta, Marta no pudo conciliar el sueño en toda la noche, esperando con impaciencia que rayase el alba para que se ausentase el huésped. Y sucedió que éste, cuando bajó, ya descansado y sonriente, a tomar el desayuno, nada habló de marcharse, ni tampoco a la hora de comer, ni menos por la tarde; y Marta, entretenida y embelesada con su labia y sus paliques, no tuvo valor para decirle que ella no era mesonera de oficio.


Corrieron semanas, pasaron meses, y en casa de Marta no había más dueño ni más amo que aquel viajero a quien en una noche tempestuosa tuvo la imprevisión de acoger. Él mandaba, y Marta obedecía, sumisa, muda, veloz como el pensamiento.
No creáis por eso que Marta era propiamente feliz. Al contrario, vivía en continua zozobra y pena. He calificado de amo al viajero, y tirano debí llamarle, pues sus caprichos despóticos y su inconstante humor traían a Marta medio loca. Al principio, el viajero parecía obediente, afectuoso, zalamero, humilde; pero fue creciéndose y tomando fueros, hasta no haber quien le soportase. Lo peor de todo era que nunca podía Marta adivinarle el deseo ni precaverle la desazón: sin motivo ni causa, cuando menos debía temerse o esperarse, estaba frenético o contentísimo, pasando, en menos que se dice, del enojo al halago y de la risa a la rabia. Padecía arrebatos de furor y berrinches injustos e insensatos, que a los dos minutos se convertían en transportes de cariño y en placideces angelicales; ya se emperraba como un chico, ya se desesperaba como un hombre; ya hartaba a Marta de improperios, ya le prodigaba los nombres más dulces y las ternezas más rendidas.
Sus extravagancias eran a veces tan insufribles, que Marta, con los nervios de punta, el alma de través y el corazón a dos dedos de la boca, maldecía el fatal momento en que dio acogida a su terrible huésped. Lo malo es que cuando justamente Marta, apurada la paciencia, iba a saltar y a sacudir el yugo, no parece sino que él lo adivinaba, y pedía perdón con una sinceridad y una gracia de chiquillo, por lo cual Marta no sólo olvidaba instantáneamente sus agravios, sino que, por el exquisito goce de perdonar, sufriría tres veces las pasadas desazones.
¡Que en olvido las tenía puestas.... cuando el huésped, a medias palabras y con precauciones y rodeos, anunció que «ya» había llegado la ocasión de su partida! Marta se quedó de mármol, y las lágrimas lentas que le arrancó la desesperación cayeron sobre las manos del viajero, que sonreía tristemente y murmuraba en voz baja frasecitas consoladoras, promesas de escribir, de volver, de recordar. Y como Marta, en su amargura, balbucía reproches, el huésped, con aquella voz de tenor dulce y vibrante, alegó por vía de disculpa:
-Bien te dije, niña que soy un viajero. Me detengo, pero no me estaciono; me poso, no me fijo.
Y habéis de saber que sólo al oír esta declaración franca, sólo al sentir que se desgarraban las fibras más íntimas de su ser, conoció la inocentona de Marta que aquel fatal viajero era el Amor, y que había abierto la puerta, sin pensarlo, al dictador cruelísimo del orbe.
Sin hacer caso del llanto de Marta (¡para atender a lagrimitas está él!), sin cuidarse del rastro de pena inextinguible que dejaba en pos de sí, el Amor se fue, embozado en su capa, ladeado el chambergo -cuyas plumas, secas ya, se rizaban y flotaban al viento bizarramente- en busca de nuevos horizontes, a llamar a otras puertas mejor trancadas y defendidas.


Y Marta quedó tranquila, dueña de su hogar, libre de sustos, de temores, de alarmas, y entregada a la compañía de la grave y excelente reflexión, que tan bien aconseja, aunque un poquillo tarde.
No sabemos lo que habrán platicado; sólo tenemos noticias ciertas de que las noches de tempestad furiosa, cuando el viento silba y la lluvia se estrella contra los vidrios, Marta, apoyando la mano sobre su corazón, que le duele a fuerza de latir apresurado, no cesa de prestar oído, por si llama a la puerta el huésped.



Autora: Emilia Pardo Bazán


LO QUE PIENSO

Esto es un cuento. No siempre los cuentos se escriben para los niños. Tambien hay cuentos para mayores. En este nos cuentan, que existen muchos modelos de los que podemos aprender, pero que precisamente por tener capacidad de elegir, no siempre adoptamos el mejor. Pensamos en lo que queremos, en lo que sería mejor para... nosostros, adoptamos una forma de ser... Pero según pasa el tiempo nos enfrentamos a una y otras circunstancias, y entonces nos damos cuenta de que nuestra elección no es plena. Y es que, es entonces cuando aprendemos que el modelo somos nosotros mismos, que nos alimentamos de algo o de alguien que involuntariamente encajó en nuesta vida y que es lo que realmente nos alimenta. Aceptar o no ese alimento, si es nuestra elección.

23 agosto 2010

POEMA " HOY ME SOBRA EL CORAZÓN " de Miguel Hernández



" HOY ME SOBRA EL CORAZÓN "

Hoy estoy sin saber yo no sé cómo
hoy estoy para penas solamente,
hoy no tengo amistad,
hoy sólo tengo ansias
de arrancarme de cuajo el corazón
y ponerlo debajo de un zapato.

Hoy reverdece aquella espina seca,
hoy es día de llantos en mi reino,
hoy descarga en mi pecho el desaliento
plomo desalentado.

No puedo con mi estrella,
y me busco la muerte por las manos
mirando con cariño las navajas,
y recuerdo aquel hacha compañera,
y pienso en los más altos campanarios
para un salto mortal serenamente.

Si no fuera ¿por qué?... no se por qué,
mi corazón escribiría una postrera carta,
una carta que llevo ahí metida,
haría un tintero de mi corazón,
una fuente de sílabas, de adioses y regalos,
y ahí te quedas, al mundo le diría.

Yo nací en mala luna.
Tengo la pena de una sola pena
que vale más que toda la alegría.

Un amor me ha dejado con los brazos caídos
y no puedo tenderlos hacia más.
¿No veis mi boca qué desengañada,
que incomformes mis ojos?

Cuanto más me contemplo más me aflijo:
cortar este dolor ¿con qué tijeras?

Ayer, mañana, hoy
padeciendo por todo
mi corazón, pecera melancólica,
penal de ruiseñores moribundos.

Me sobra el corazón.

Hoy descorazonarme,
yo el más descorazonado de los hombres,
y por el más, también el más amargo.

No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.


16 agosto 2010

HE DICHO ¡BASTA!



He dicho ¡ Basta !
Ya ha llegado el momento de eliminar todas la barreras que yo misma me había impuesto y las trabas que terceras personas se han encargado egoísta y muy poco inteligentemente de ponerme.
Ya ha llegado el momento de volver a mi misma y abandonar todo pensamiento que no me sea beneficioso.
Ha llegado el momento de abandonar cualquier sentimiento pasado y presente de añoranza, o me amor, o de pérdida, porque en realidad, nunca mereció mi tiempo, mi esfuerzo y mi malestar.
Ahora, abandono todo lo que me ató a quienes solo supieron ser inmaduros, infantiles y egoístas; abandono sentimentalmente todo lo que me unió a quienes no supieron ser hombres ni personas, a quienes me sonrieron falsamente y a quienes me perjudicaron hasta lo mas profundo.
Estoy liberada de todo lo que a ellos me unía: la voz en sus palabras, los lugares donde habitaron, sus presencias, sus vidas insustanciales y sus comportamientos.
Ahora comienzo por fin a vivir de nuevo.
Y aunque me queda un largo camino por andar y un sin fin de perdones que pedir, no me achantaré ante nada que deba hacer.
Porque ahora quiero ser feliz; ya es mi turno.
Ya he decidido mi nueva vida, y en ella, afortunadamente, no cabe ni el pasado, ni quienes formaron parte de el.


Eloisa


14 agosto 2010

"POR SEGUIR VIVIENDO" Poema de Eloisa.





" Vivimos por seguir viviendo
el mísero escape de nuestros tormentos
abanderando el mal como coraje
como hallazgo de un tesoro.



Calculamos mal e inciertas
mil ilusiones confusas como nubes,
como raices convertidas en podridos raigones
creando de las lluvias aguaceros.



Las fauces de león hambriento
recorren sabanas sedientas de algos,
arañan prados arrancando los colores de las flores
por seguir creyendo en un oculto tesoro.



Vivimos el mísero escape de nuestros tormentos
adulando el verde de los brezos
acartonados al fin junto a las verjas,
cosechando madreselvas plagadas de abejas.



Damos contenido a preguntas no reveladas
librando conversaciones ignotas
con oidos sordos en cabezas desmembradas,
por seguir viviendo".



Eloisa



03 agosto 2010

HISTORIA DE LOS DOS LOBOS


Un anciano Cherokee contaba a su nieto acerca de la lucha que se desarrollaba dentro de sí mismo. Ésta era entre dos lobos...

"Uno es diabólico: iracundo, lujurioso, arrogante, mentiroso, falso predicador, vanidoso, resentido, ladrón, abusador y asesino.



El otro es bueno: pacífico, amoroso, sereno, humilde, generoso, compasivo, fiel, bondadoso, benevolente y honesto".



El nieto, después de unos minutos de reflexión, preguntó a su abuelo: "¿Y qué lobo ganará?"



El anciano Cherokee simplemente respondió: "El que yo alimente".





28 julio 2010

Poema "Rebuscando el sentido de las palabras"


"REBUSCANDO EL SENTIDO DE LAS PALABRAS"


Rebuscando el sentido de la soledad
encontré el modo de engañarla
cantándola elogiosos
versos breves, versos
de pocas palabras, palabras
de pocas sílabas, sílabas
tan bien usadas...
Encontré en la soledad
la palabra Solo,
la palabra Verso,
la palabra Sueño;
como se siente un alma devorada,
el infinito amargor del silencio,
que nadie interrumpe el pensamiento.
Rebuscando en la soledad el sentido
encontré
todo lo que arrastra un alma,
aquello que nadie escribe,
todo lo que no me dicen.
escuché
los pasos que me alejaban
rebuscando el sentido de la distancia,

medí y alargué el paso para acercarla,
encontrando al fin
el camino para andarla.

Rebuscando el sentido de las palabras
desgrané el sentido
del verso no recitado,
deseché la simpleza  
de las palabras ahorcadas.  

Rebuscando el sentido de la  memoria,
recordé,
cúantas palabras dijeron,
cúantas mas omitieron,
muertas
entre la muerte que produjeron.


Eloisa