02 septiembre 2009

NUNCA SABEMOS CUANDO LLEGARÁ LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD.





Hace días que no escribo en el blog.


Me asaltaron las dudas cada vez que abría el panel y después de iniciar el pequeño relato del día una y otra vez, me daba cuenta de que no hablaba de lo que en realidad deseo contar. y ¿porqué decir un algo que no quiero, si el corazón me pide decir, explicar, porqué no decirlo, pedir u ofrecer otras palabras?. 

Creo que la última oportunidad siempre está por venir; que esa oportunidad que en tantas ocasiones creí la definitiva, se convierte tan solo en una mas mientras espero la próxima.

Dirán, no uno, muchos, muchos mas, que soy una cabezota e ilusa, que tengo la mente puesta en un punto tan negro que no me permite ver la luz de la realidad; y tal vez sea cierto  o mejor dicho, lo haya sido en ocasiones, porque últimamente algo me dice, mi tonta intuición me cuenta, que no escuche a nadie, solo a mi interior. Y es que estoy segura de que algo que comenzó hace un tiempo, no fue mas que túnel que era preciso cruzáramos, él y yo. Cuando mi intuición me habla no se equivoca, y estos días, me dice que alguien a quien he querido mucho está a punto de finalizar algo que jamás debió comenzar; que está a punto de finalizar y muy pronto si no ya, él podrá asomarse al final de ese tunel; me dice que sus dudas cada día lo son menos, que esa fulgurante pasión que lo atrapó se ha convertido en una simple rutina de la que ya no disfruta y quiere Y es que  sabe que nunca fue amor lo que ahora entiende, y sabe que solo ha sido un vagar y vagar en la nada mas solitaria. Mi intuición me cuenta que él está solo, muy solo y temeroso; necesitado de comprensión y paz mas que de albedrío y esfuerzo. Como ahora se que sabe, como yo, que la última oportunidad siempre está por llegar, y que en la espera tambien se aprende a vivir y comprender, y a purgar los errores cometidos, pido y ofrezco que tengamos esa oportunidad ante nuetros ojos. Por saber que no me arrepentiré si perdono a quien siente que necesita ser perdonado, lo hago, lo hice hace tiempo aunque el perdón estuviera enmarañado de quejas y lamentos, dudas y repentinos olvidos rencorosos, de rabia profunda.
Esta noche vuelvo aquí segura de no equivocarme, sin ser cobarde. Pido  y al tiempo ofrezco lo que siempre quise, aunque no lo escuchó él, a quien el miedo asustó y lo hizo huir con la primera brisa que lo rozó.
Ahora, hoy, cuando se acerca inevitable para mi el momento de la decisión y la marcha, no tengo mas remedio que imaginar una vez mas su triste mirada para creer que la sonrisa puede aparecer de nuevo en su rostro si tiene el valor de sincerarse consigo mismo y conmigo; que tan solo es necesario que se diga si su deseo es seguir caminando el sendero que otra persona le ha trazado, si la fraternidad es todo a lo que aspira, si aquellos sueños, pasiones y retos que la vida nos regaló no merecían una oportunidad, si realmente desea renunciar a un amor renovado mas sabio y poderoso que tuvo que olvidar para permitirlo crecer. Esta noche después de varios dias de duda y muchos meses de espera, yo me enfrento a mis temores y a mi futuro; mi intuición y lo que aprendí este tiempo sola me piden que no deje pasar la oportunidad de ofrecer y pedir el amor y la compañía que pueden conducirnos a la felicidad.
Esperaré unos pocos días esa respuesta, esa conversación que creo, él también necesita, tan solo unos pocos días y después me marcharé sabiendo que la oportunidad se diluyó de nuevo y deberé buscarla en otros lugares.



Eloisa