17 mayo 2009

HABLANDO DE MIS PERRITOS.

Aquí os presento a los perros. FULLU (la morena), GRETA (la rubia).
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Como veis, los perros también ocupan un rinconcito en mi corazón. Bueno, también en la casa y en el bolsillo, por que negarlo. Ellos han estado conmigo en diferentes momentos de mi vida y algunos han desaparecido de ella por diversas circunstancias. Escribiré algo sobre cada uno.
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ESTO VA POR FULLU, LA MAYOR.
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Fullu se fue el año pasado; en Junio será el primer aniversario de su muerte a consecuencia de una enfermedad cuando tenía 12 años, y después de haber estado con nosotros, mi hijo y yo desde que nos la trajeron a casa. Entonces no pesaría mas de un kilo, y era la perra mas miedosa que vi jamás y sus orejas estaban dobladas hacia la cara. Cabía enterita en una servilleta y recuerdo que me llenaba la casa de cac.....Supongo que no la habían tratado muy bien antes de acogerla nosotros, y sus tripas parecían una montaña rusa. El primer paseo que dio con nosotros sujeta con su correa, casi la mato, pues no calculé sus fuerzas ni su juventud, pero ella seguía y seguía como si fuera la primera dama de honor en un desfile. Claro, que no sabía el destino; varios pinchazos de vacunas.
Siempre fue muy buena, obediente, limpia y tranquila, aunque al principio la tomó con todo lo que pillaba cada vez que la dejábamos sola, y acabó con varios pares de deportivos de mi hijo, ropa interior, libros....pero eso se acabó, y después la tomó con los tapones de la cocacola que la tirábamos al aire y los buscaba como una loca. Y las piedras, las dichosas piedras que la tenían obsesionada a cada paso que daba. Después se hizo mayor en todos los sentidos pero sin dejar de ser fiel y buena. No la asustaba nada excepto la gente, y solo se ponía nerviosa y acobardada cuando la gente gritaba o percibía un tono de enfado, por eso cuando las visitas entraban por la verja, ella tomaba posición en su mantita y no hacía demostraciones de simpatía. Sin embargo, era la mejor compañía (canina) que se pudiera tener. Vivió con nosotros durante diez años hasta que me trasladé y por supuesto se vinieron conmigo las dos, Fullu y Greta. Durante el tiempo que vivió en la nueva casa, se adaptó al nuevo perro, Lai, y en mil ocasiones tuvo que intervenir cuando el y Greta se enzarzaban en sus peleas por el dominio del lugar. Allí comenzó a notarse su enfermedad, que al final acabó con ella en Junio del año pasado; se fue después de que los invitados que teníamos se marcharan, y entonces estuve junto a ella hasta el final. Está enterrada junto a la que fue nuestra casa durante dos años. Tal vez ella pueda recordar a los que la quisimos; yo siempre la recordaré, ya que al tiempo que Fullu moría, casualmente yo comenzaba una nueva vida. Un beso para ella.
ESTO VA POR GRETA
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Greta llegó nuestra vida poco después, de casualidad, porque la perra de una vecina parió 11 cachorros y no sabía que hace con ellos. Menos mal que pedí una hembra, de color claro y especifiqué que quería la que pareciese mas torpe y tontorrona, porque quería una animal tranquilo en casa. Pues no se como, me tocó la peor. Cuando fui a verla, allí estaba con apenas unos días de vida y ya se escapaba del gran cajón donde descansaban todos los demás, se escapaba para fisgonear todos los rincones del salón. Al mes pesaba 4 kilos y parecía un oso pardo; ahora pesa 42. Esa era Greta y esa es a pesar de sus 12 Abriles. Desde que entró en casa se adueñó de todo y Fullu, que se creyó en la obligación de cuidarla, la enseñó donde ir a cag....., a jugar, donde echarse a dormir... (llegó a extresarse porque no lograba nada con ella). Había noches que me despertaba por que me faltaba la respiración y al abrir los ojos me encontraba una osa tumbada sobre mi, todo lo larga que era. Aprendió a abrir las puertas de los armarios y robaba las galletas, y en muchas ocasiones me volví loca buscando un pescado o un filete que había dejado un segundo mientras encendía la cocina, pero nunca llegué a encontrarlos. Era sigilosa en sus movimientos como una leona cuando se dispone a cazar una gacela, pero también es caprichosa, dominante, cabezota y muy muy graciosa. A esta le dio también por romper cosas: las esquinas de las mesas, los agarraderos de los armarios, incluso mordía las paredes; nunca ha dejado la costumbre de subirse a los sofás y meter el morro en el cubo de basura. Se escapaba a través de los barrotes de la verja para irse de excursión hasta que algún vecino tenía la buena voluntad de avisarme cuando se la encontraba vagando tan pancha por el parque. Cuando llegó a Murcia, a la nueva casa, fue abrir la puerta del coche y provocó una reacción rechazo de Lai, el perro que vivía allí y durante meses creí a cada momento que tendría que irme a un manicomio o sacarla de allí, porque ni uno quería perder su puesto ni la otra estaba dispuesta a dejárselo. Terrible.

Ahora, con el paso de los años, es mayor y está enferma. Tuve que operarla en Agosto, en las fechas mas delicadas para mi desde hacía años, y ahora de nuevo, otra vez. Ya veremos. Ahora vive conmigo en nuestra nueva casa después de estar dos años en la anterior, pero nos llevamos muy bien. Nos ayudamos en los paseos, me obliga a caminar, a cocinar, a limpiar la casa...porque vieja, eso si, pero pelleja, que dicen en mi tierra, también.
Eloisa